lunes, diciembre 24, 2007

Walking on my moon

Voy caminando. Se sacan chispas un impulso y su objeción: doblar en esta calle es salirse del libreto, lo sé, lo hice. Me recibe alborotado, en la cuadra más virgen de mis huellas, el perfume de eucaliptos. Respiro hondo, y doblar ya fue una decisión acertada. Buen oído, caminante. Arranco una ramita, que va a acompañarme el resto del paseo, y comienza la fiesta de los dedos y las hojas de eucaliptus. Los dedos las arrancan, las recorren, las quiebran, ellas gritan su perfume, yo escucho, acerco la fiesta a la nariz, después inspiro, y sigo caminando.

sábado, noviembre 24, 2007

Felipe Molina


Felipe Molina es un artista plástico estadounidense-colombiano que se encargó de esparcir su arte sobre un disco que me gusta muchísimo musical y visualmente. El disco es New Amsterdam: Live at Heineken Music Hall 2003, de Counting Crows (mi bandalma gemela).
Cuando llegué a la página de Felipe, vi que no era casual el bellísimo arte de aquél disco, porque todo su trabajo me encantó. Les recomiendo una visita a
su mundo.

viernes, noviembre 23, 2007

Para la merienda!!!


Creer que crear es crecer, es criar el propio crédito.

(y eso es bueno)


Imágen: Fishingman, óleo de Felipe Molina.

lunes, noviembre 19, 2007

Hoy

Hoy a los veintitrés siento que me gustaría poder haber sido el hermano mayor del que fui hace diez años, cuando tenía trece. Ya sé que eso no vale, que no se puede. Pero igual no es poco. No no, para un lunes a la noche en el que siendo las 22 no sé ni qué voy a cenar, no puede ser poco. Esta noche me pienso y me tengo paciencia. También pensé lo siguiente: “mirá si todo lo sano que siento para conmigo, logro sentirlo todo junto un mismo día. Ese día hago destrozos. Ése día me recubro en chocolate y salgo a desembalsamar a los taxistas”.

domingo, noviembre 18, 2007

Dunkelheit

Domingo. Oscureció. Salgo a caminar pensando que hice bien, que realmente ponerse, hoy domingo, de una primaveralidad arrolladora, a desarmar maletas, era cosa de cangrejos. Camino y cada tanto pongo pausa a mi reproductor de mp3 para sentir el silencio que en realidad me rodea.
Noto que camino rápido y me repito que no estoy escapando ni haciendo ejercicio. Que estoy usando estas calles como si fueran calles de mi propio espíritu. Siento algo bastante parecido a estar contento. Voy mirando las casas, que se van silenciando de a poco para despertar, mañana lunes, a grito pelado. Hay poca luz artificial. Voy llegando a la esquina y ya tengo ganas de pasear por esa zona descampada y oscura en que devino la cancha de rugby, para poder mirar el cielo y confundirlo con el mar. De repente me maravillo al sentir que hace años que no le tengo miedo a la oscuridad. Qué bueno no haber muerto antes de dejar de temerle a la oscuridad (Sí, y qué bueno no haber muerto antes de tantas otras cosas). La oscuridad es de los que la caminan. Yo no soy un invitado en las tinieblas. Soy un adorador del sol que tiene una casa en la oscuridad.

viernes, noviembre 16, 2007

¡¡¡Consejo quick para caminantes!!!


1 Escribir en una hoja de color blanco de 8 por 3 cm. la siguiente sentencia: Caminar no es aburrido.

2 Hacer varias copias y repartirlas por distintos bolsillos de sus prendas, para ir encontrándolas con el tiempo como por casualidad.

3 En lo sucesivo, ante cada encuentro, contrastar los pasos con esta idea. Si nos estamos aburriendo, es porque “esto no camina”.


martes, noviembre 13, 2007

Hugo, la lluvia de hoy martes, y yo

La existencia de Hugo y la mía tienen límites parecidos. No podemos estar en dos lugares al mismo tiempo y no podemos volver el tiempo atrás.
Los dos conocemos estas y otras reglas. De todas formas, cuando nos encontramos, jamás mencionamos este saber que compartimos. Supongo que porque no hace falta, porque compartimos también otras cosas. Ni Hugo ni yo sabemos cuantos encuentros nos quedan al uno con el otro. Sabemos sin embargo, que si todo va bien, él va a morirse bastante antes que yo. Esto tampoco lo decimos nunca. Desde alguna perspectiva no sería erróneo afirmar que la respuesta a la pregunta de cuantas veces más vamos a vernos, depende de él.
Cuando en nuestras reuniones nos encontramos de repente en una carcajada a dúo, la exageramos como niños o como locos y vaciamos los pulmones a más no poder, como haciendo un bungy jumping hasta llegar cada uno a mojarse la frente con el agua tibia de su propia muerte, y entonces entendemos instantáneamente hasta qué punto la risa no es lo contrario de esta. Esto último tampoco solemos comentarlo, pero nos miramos de una manera que nos delata.
Hace uno o dos años que no lo veo a Hugo. Pronto voy a visitarlo.

sábado, noviembre 10, 2007

The runaway

Si mañana me despertás unos minutos antes de que suene el despertador, y me decís que no hay tiempo para desayunar, y que no tengo tiempo para escribir unas líneas sobre lo que sienta esa mañana, y que no puedo escuchar esas dos o tres canciones como quisiera, y que no puedo mirar a mi perro en silencio, llamarlo, que me mire, y yo mirar para otro lado, y cerrás las ventanas nerviosa, y regás las plantas exageradamente y me hacés sospechar que es para que las pobres aguanten lo más que puedan, y me decís que meta dos o tres remeras, dos o tres calzoncillos, dos o tres pares de medias, algún pantalón y un buzo en una mochila que me acercás apurada mientras decís que no me enoje, que después me explicás todo, que voy a poder entender cuando lleguemos y yo no sé a donde tendremos que llegar y no digo una sola palabra y te sigo incrédulo unos pasos atrás, y vos bajando la escalera me gritás que me esperás en el auto, y que agarrá plata y un libro o algo de eso, voy a sentir que nos estamos escapando de algo.

jueves, noviembre 08, 2007

Resumen porteño

Anoche tuve una feliz introducción a la música de Spinetta. Estaban Laura, la que le va, Grisel, la que no lo recuerda, y Ana, la que no le duerme. Yo desde mi mesa, curándome del sudor diurno con un Cuba libre bien afinado, lograba con cada paloma que soltaban, digerir y crecer. De a ratos pensé en Heathcliff y Catalina, porque estos días los llevo a todos lados. Después me acordé del Ser musical del post anterior, y se me ocurrió que habría millones amontonados, prendidos contra la parte de abajo del escenario.
Después charlamos y comimos pizza, y hablando del intérprete coincidimos, Este pibe va a llegar, eh.

Música encarnada

Nació este ser en la oscuridad de alguna caverna. Es pequeño y luminoso. No es un insecto. No es un mamífero. No vuela. No escribe. No lee. Se mueve a una velocidad moderada y recorre distancias enormes. No se sabe si es el único ejemplar de su especie y no se sabe cuánto tiempo vivirá. Su complejísimo aparato digestivo funciona hermanado con los oídos y guarda el más hermoso de los secretos: Este ser, se alimenta de música.


-Ampliaremos-

viernes, noviembre 02, 2007

Líneas de inestabilidad en el hemisferio sur*

El alivio que habrá sentido Cesar
en la mañana de Farsalia,
al pensar: Hoy es la batalla.

Tríada, J.L.Borges.

Cualquier mujer que se sienta hermosa, es la mujer más hermosa de la tierra. Ella va caminando por Buenos Aires, una mañana de martes o de miércoles, y está pensando en cual de esos dos bares va a desayunar. Finalmente sin dificultad elije ese que elije la mayoría de las veces; el de la esquina. Hay sol y es primavera. Se sienta en una de las mesas de la vereda. Solo una más de las mesas de afuera está ocupada. La verdad que es un poco temprano, piensa. Es que se despertó a las siete, y aunque tiene el día libre, no pudo volver a dormirse y odia aburrirse en la cama. Adora la primavera, y esa mañana particularmente se siente parte de la ella. De todas formas sospecha el porqué de su dificultad con el sueño. Y se enoja. Porque no quiere que sea eso. Pero aún así, saca el cuaderno ese que lleva siempre a todos lados y en una hoja a estrenar, escribe el nombre de su problema. No es un tipo, eh. Ojalá lo fuera, pensó recién mientras se esforzaba en ponerle un título a su nudo, a su conflicto. Lo escribió y se sintió más fuerte. Lo tremendo es no conocerle la cara al enemigo, dijo muy bajito. Se puso a leer. Tampoco debe querer que él se dé cuenta de que le camina tan cerca. Si el problema se asusta y se espanta, no lo atrapás más. Leyó unas diez o doce páginas a los tropezones, y ahora abandonó. Porque vieron lo molesto que es leer distraído; hay que releer párrafos enteros y eso resulta muy enojoso. Apoyó el libro en la mesa y la veo bufar. Se cansó, se pudrió, se hartó, se asqueó, se enfermó, se rebalsó, se indigestó, se colmó, se impacientó, se envenenó, se apuñaló, se recalentó, se aburrió, se perdió. Y ahora pide la cuenta, con una seña y sin sonrisa. Paga, deja la propina exacta, guarda su cuaderno, su libro, su problema horrible y malparido, cierra la mochila, agrega una moneda a la propina porque se siente culpable y débil, y se para. Se pone el mp3, y desde acá me parece ver un esbozo tambaleante de media sonrisa, ¿qué estará escuchando?, eso no puedo saberlo. Ahora apoya la mochila en la silla, la abre, saca el cuaderno y la birome que había guardado, abre en la hoja del problema, y escribe abajo, impacientarse es perderse la paciencia a si mismo. Está sonriendo, definitivamente. Guarda todo y mira alrededor, como confirmando que levantó el ancla y que tiene sus remos, y a los de las mesas de adentro ni nos ve. Empieza a caminar y sus pasos ya delatan que va a tardar mucho en llegar a cualquier lado. Chau, que tengas buen día.


*Título robado a un libro sobre meteorología aeronautica.

jueves, noviembre 01, 2007

Naranjas Correntinas


Conozco una fruta, jugosa y madura, que se hamaca con empeño y pide a gritos que un sentiviento la ayude a caer lejos de su árbol.

Impacientarse es perderse la paciencia a sí mismo, se repite, y se sigue hamacando.

martes, octubre 30, 2007


-Hijo, estoy muriendo.

-¿Lo decís desde esa perspectiva desde la cual todos nos estamos muriendo?

-No, hijo. Desde la otra…

lunes, octubre 29, 2007

Lo sospecha cualquier hombre profundo y lo sabe cualquier productor de seguros:
No hay nada más caro que chocar contra uno mismo.

viernes, octubre 26, 2007

¡Lázaro!



Lázaro, levántate y anda,
Ponte el apellido,
Vuelve del olvido,
Engánchate a la oferta y la demanda.


Lázaro, Sabina-Páez, Enemigos íntimos, 1998.

lunes, octubre 22, 2007

fragmentos de cuaderno (fragmentos "porque sí")

Pensaba que me gusta esa idea que dice que somos lo que comemos.
Y me parece que estoy comiendo medio para el carajo. Hoy me comí un huevo duro, soy un huevo duro. Me comí un havanet, soy un havanet. Cenamos ñoquis por ser veintinueve, soy un ñoqui del veintinueve.
*******
Che estuve releyendo un poco este cuaderno. Está buenísimo. ¡Tiene mi olor por todas partes! Los animales tienen olor. Yo soy un animal y aquí está mi olor. Olor que se hizo tinta. De olor y de sangre. De amor, de locura, y de muerte, diría Horacio. Del amor y otros demonios, diría Gabriel. Qué libro de mierda es Relato de un náufrago. Un embole que me hizo enojar en su momento con este pelotudo. Pobre. No, pobre la pindonga. Escribió un libro de mierda y listo. Después leí El amor en los tiempos del cólera, y me curé. Me curé del cólera, del enojo, y del amor.
*******
Estacionamiento de la facultad. 4,50 la estadía de 12 horas. Hasta hace poco salía 3 pesos. Y bué. Ahora tengo la clase de Teoría del derecho. El vienes vamos con el Colo a ver a Kevin Johansen. Me bajo del auto y entro, o llego tarde.
17:40 hrs. Merendando en Delicity. En una mesa vecina charlan dos guionistas. Me parece re interesante lo que discuten. ¿Serán buenos guionistas? Tres horas hablando estuvo mi profesor. Debe haberse sentido cansado y limpio.
Ahora estos dos discuten sobre una escena en particular. Están de acuerdo en algo y en desacuerdo en mucho me parece. Uno habla mejor que el otro y parece más inteligente. “yo sé que estoy un poco ansioso, ¡pero es porque quiero que escribamos un guión que parezca un reloj suizo!”.

jueves, octubre 18, 2007

De la hermandad cotidiana

Yo estaba sentado en la computadora. Ella se acercó con un envase de leche tetrabrick en la mano. Lo miré y después la miré a ella. Me dijo, mirá, es un envase distinto a los de siempre. Y esperó a que yo contestara una pregunta que en rigor no me había hecho. Le dije, . Y me dijo, ¿ves esta tapita? Y esta vez sin esperarme siguió, se abre así, y se vuelve a cerrar así. No tenés que cortar nada. Prestá atención mañana cuando lo uses. No lo rompas como todo lo que tocás. Tejiendo una media sonrisa se retiró a sus aposentos. Yo prendí la radio. Recién empezaba Dolina.

martes, octubre 16, 2007

Les Phantoms


Creo que terminé aquel diálogo diciendo: “los fantasmas están bien así”. Y me fui a mi habitación. Supongo que porque ella tenía razón, y conociéndola como la conozco, que es como si me hubiese parido, y debo reconocer que me parió, no iba a quedarse con las ganas de agregar algo. Y si me retrucaba, si agregaba algo, fuera lo que fuera, iba a ser cierto. Y sin importar la dimensión o la temperatura que trajera ese sol de la verdad, iba a devorarme como a un planeta que se sabe nuez. Entonces, ya sólo, ya sin espejos ni tableros de ajedrez de por medio, repetí lo que había dicho: Los fantasmas están bien así. Sí, están bien así. Así muertos, así olvidados, así descoloridos, así flacos, así silenciosos, así desinteresados, así olvidadizos, así ensimismados, así sumisos, así desinflados, así exiliados.
El problema es cuando una mañana vas hasta la puerta y junto con el diario levantas una carta. Una carta que te mandaron los fantasmas.


Será que cuando los fantasmas nos mandan una carta hay que abrirla. Y leerla con atención para no tener que leerla dos veces. Y contestarla. Y hacerlo con claridad para no tener que mandar otra. Quizás necesitaba en aquél momento entender que si los fantasmas nos mandan cartas, es porque no están, o no se saben, muertos.




De visita por otro blog, leí una poesía de Cortazar. Eso me hizo ir al Google y poner “Cortazar Salvo el crepúsculo”. Lo que me llevó a visitar muchas páginas con material de Don Julio, y a leer y sobre leer algunas cosas. Encontré “Prologo a Cartas de mamá, por Jorge Luís Borges” y le hice clic. Y todavía no terminé de leerlo, porque en seguida abrí una hoja Word y escribí eso que puse allá arriba. Y recordé, ya no sé qué va antes y qué después (como suelo decir en terapia), que alguna vez alguien me contó que habían leído en una clase el cuento “Cartas de mamá” y que alguna cosa (que no me la dijo) le recordó alguna otra respecto de mi mundo afectivo. Olvidé (quise olvidar) el asunto. Dos años después, caminando por la avenida Santa Fe, me detuve a chusmear un tablón de esos que ponen en las veredas con libros en oferta y compré “Las armas secretas”, que es donde está el cuento. Lo compré después de buscar en el índice y confirmar que el cuento estaba ahí. Ya no sé que pensé o sentí cuando terminé de leerlo, pero creo recordar que no pude comprender lo que se me había querido decir. Por lo menos no como yo hubiera querido. Quizás el propósito invisible fue hacerme, algún día, escribir este post.

domingo, octubre 14, 2007

Primera escena


Esa noche llegó muy cansado. Había manejado cerca de diez horas. Hacía varios días que no entraba a su casa. Después de ponerse ropa más cómoda y antes de desarmar su bolso, fue a regar las plantas del balcón, que habían sido sin dudas quienes más existencialmente lo habían extrañado durante su ausencia. Después cerró una ventana que había dejado abierta por descuido al irse, y levantó algunas cosas que habían caído evidentemente por la entrada del viento. También habían entrado unas cuantas hojas secas. Secas y voladoras. Notó que eran del roble que estaba justo ahí, como asomado a su balcón. Agarró una y la miró detenidamente. Las curvas peligrosas de una hoja de roble, pensó, y anotó la frase en la libretita que estaba al lado del teléfono.
La casa no estaba vacía. Ella había entrado una hora antes que él. Estaba recostada en el sillón grande y cómodo, y respiraba cautelosamente para no delatarse. Él se sentó al piano, a unos pocos metros, dándole la espalda, y empezó a tocar.
Varias veces interrumpió la ejecución en la misma parte de la obra y volvió a empezar. A ella le pareció gracioso, pero en realidad no entendía bien si las interrupciones se debían a algún error que a ella le resultaba imperceptible, o a que él no recordaba como seguía.
Al cabo de veinte minutos dejó de tocar y se levantó. Ella estaba mirando un cuadro que colgaba de la pared que estaba tras el sofá. Se había sumergido en los colores. Predominaba un naranja muy vivo que la hacía sentir alegre y hermosa. Cuando volvió en sí, porque se calló el piano y escuchó la silla empujada hacia atrás, recordó que se lo había regalado una ex novia. Los colores casi la ahogaron y ya no le cayó tan simpático. Miró al techo y se amontonó los labios usando tres dedos. Los soltó y recobraron su forma. Al instante siguiente volvió la vista al cuadro, pensó que era hermoso, y olvidó el asunto.
Él caminó hacia la biblioteca. Miró los lomos de todo un estante siguiendo la línea con la cabeza de costado y sin mover los pies. Tomó uno de los libros. Lo abrió y sacó unas hojas que estaban sueltas. Eran partituras. Volvió caminando al piano y cuando iba a sentarse ella dijo Hola, porque no quería seguir esperando y se dio cuenta de que iba a volver a tocar.
Él giró rápido la cabeza para verla. Se asustó, pero no mucho. La miró con los ojos bien abiertos. Ella sonreía. Él sonrió y contestó, Hola.
La invitó a cenar afuera, pero al final los dos quisieron quedarse en la casa y pedir algo por teléfono. ¿Pizza? No, comí anoche. ¿Comida china?, Dale.

sábado, octubre 13, 2007

Verdugo del amor, de Irvin Yalom.

Siguiendo con mi relectura de fragmentos subrayados, éste de "verdugo del amor" me parece muy claro y cierto. El libro está lleno de ideas valiosas. Disfrútenlo, y aguante la terapia.

“Desde el principio, por supuesto, yo sabía que la lógica de mi argumento no lograría penetrar lo suficiente para producir un cambio. Eso rara vez sucede. No sucedió en mi caso, cuando hacía terapia. Sólo cuando uno lo siente en los huesos se da cuenta. Sólo entones puede actuar y cambiar. La psicología popular no hace mas que hablar de “asumir la responsabilidad”, pero son solo palabras: es extraordinariamente difícil, aterrador inclusive, convencerse de que uno, y solo uno, construye el modelo de su propia vida. Por eso, el problema en la terapia siempre es cómo avanzar de una valoración intelectual ineficaz de una verdad con respecto a uno mismo hacia una experiencia emocional de esa verdad. Sólo cuando la terapia pone en juego emociones profundas se convierte en una fuerza poderosa del cambio.”

lunes, octubre 08, 2007

A riesgo de quedar vacío

Hugo es un hombre de ochenta años, que aparenta ochenta y cinco, y que podría, además, desnudarse y aparentar noventa, y aún así parecerse más a un bebe estando desnudo que vestido. Una vez su madre le dio un cachetazo. Y alguna vez su padre le enseñó matemáticas usando pequeñas semillas que caían de un árbol y andaban por todo el jardín de una casa que hoy todavía existe a mil kilómetros del lugar donde él está.
Cuando se lava la cara, se mira al espejo, y siente que se redescubre. No se ve viejo. No sabe que es viejo. Ni qué es ser viejo. Desde alguna perspectiva se siente el mismo de siempre. Claro, es el mismo. Él no se sentía más él cuando era joven. A veces desearía haber sabido esto último durante su juventud, para tener menos miedo. Pero ya no tiene importancia. Lo importante es que no tiene miedo ahora.
Es muy temprano y ya está levantado. Sabe que últimamente está durmiendo poco. No vive solo, pero sí está sólo ahora, sentado a esa mesa pequeña de la cocina. Tiene sed y mira su vaso. Está vacío. Va a tener que pararse. Sobre la mesada está la botella con agua (supo ser de whisky, pero solo una vez estuvo llena de whisky y ya mil veces fue llenada con agua). Y se va a parar. Pero jamás va a llenar ése vaso. Y no, no va a morir repentinamente tampoco. Mírenlo, se levanta con su vaso, camina hasta la mesada, apoya el vaso junto a la botella, y decide tomar del pico.
El resto de la mañana tarareó canciones despreocupadamente, mientras miró con atención las plantas del jardín, la tierra húmeda y oscura, y las nubes libertinas. También siguió un camino de hormigas y mató a un par para ver como se alborotaba el resto.
Hugo suele decir que las cosas que vale la pena hacer, son aquellas que uno hace a riesgo de quedar vacío.

domingo, octubre 07, 2007


¿Qué pasa si un día me despierto en Santa Ana de los Guácaras cansado de que todo sea provisorio?




Foto: Santa Ana, a 12km de Corrientes capital, algún mediodía de no hace mucho.

sábado, octubre 06, 2007

¿Cuántas cucharadas de sueño le pones a tu vigilia?

viernes, octubre 05, 2007

Hoy es hoy

¡Qué lindo día! ¡Los débiles se achicharran y nosotros sacamos ventaja! ¡Escóndanse cucarachitas! ¡¡¡Que vamos a sacar a pasear nuestra alegría y van a rodar cabezas!!!

jueves, octubre 04, 2007

Germinación de migrañas: Aquella canción que justificamos por un solo verso.

miércoles, octubre 03, 2007

martes, octubre 02, 2007

Yo, no.


Yo no voy a jugar a ser el niño al que se le envenenaron los juguetes:

Primero, porque no hay tiempo.

Segundo, porque no hay retorno.


Tercero, porque si no me duele la panza, no me duele y listo.

Cuarto, porque si sale el sol, que queme.

Quinto, porque si no hay luna yo me doy cuenta y no me da lo mismo.

Sexto, porque cada vez que ese gato negro cruza mi jardín, pienso que es una pantera en miniatura y lo observo lo mas que puedo como queriendo aprender algo.

Séptimo, porque estoy haciendo espacio para preguntas grandes.

Octavo, porque cada vez que como carne me siento un animal milenario y hermoso.

Noveno, porque esta hoja de Word parece vacía pero no hace eco.

Décimo, porque cuando era chico tuve ganas de que existieran los extraterrestres.

lunes, octubre 01, 2007

El día que Nietzsche lloró (fragmento)

Se me ha dado por ponerme a releer cosas que subrayé en los últimos libros que leí. No porque sí, sino porque me han marcado. Quiero exprimirlos para llevarme de ellos todo lo que pueda (he notado que estoy eligiendo con muy buena salud qué cosas quiero leer y me pone contento). En este caso, el fragmento es algo subrayado de El día que Nietzsche lloró, de Yalom, porque hace poco fui a ver la versión teatral y volví re-hechizado. Sin más preámbulos, lo anunciado:


-Yo podría hacerle la misma pregunta, profesor Nietzsche. Usted dice que no gana nada con su trabajo. Entonces, ¿porqué se dedica a la filosofía?- Breuer intentaba seguir con la ofensiva, pero su ímpetu disminuía.
-Ah, pero hay una diferencia importante entre nosotros. Yo no finjo hacer filosofía por usted, mientras que usted, doctor, finge que su motivación es serme útil, aliviar mi dolor. Eso no tiene nada que ver con la motivación humana. Es parte de una mentalidad de esclavo hábilmente ideada por la propaganda de los sacerdotes. ¡Penetre más en sus motivos! Encontrará que nunca se ha hecho nada enteramente por los demás. Todas las acciones van orientadas hacia uno mismo, todo servicio sirve a uno mismo, todo amor es amor por uno mismo- Las palabras de Nietzsche brotaban cada vez más deprisa-. ¿Le sorprende mi comentario? Quizá esté pensando en las personas que ama. Profundice más y se dará cuenta de que no las ama: lo que ama es la agradable sensación que produce ese amor en usted. Usted ama el deseo, no a quien desea. Por eso, ¿puedo volver a preguntarle por qué quiere atenderme?

sábado, septiembre 29, 2007

Rough Copy

Pasó por acá a los empujones, se tropezó con todo, maldijo a medio mundo, forzó cerraduras a patadas, gritó para darse fuerza, aprendió a nadar desnudo; jamás se disfrazó, pero viajó de polizón en un cuaderno lleno de ideas vanidosas, y acá está, un poco despeinado y con su hermosa sonrisa rodeada de chocolate, con ustedeeeees…
¡El borrador que quiso ser definitivo!

viernes, septiembre 28, 2007

Ausencia

Qué ausente que estoy en esta clase. Me dan ganas de pararme y decirle a este buen hombre, “profe, póngame ausente, hágame el favor. Porque esto es una estafa. Y no es mi estilo, vio?”.
O podría decirle, “Profe, o le pone un poquito de pimienta a la clase, o le ato una piolita a mi cabeza, y le abro la ventana para que salga a jugar como un barrilete”.

miércoles, septiembre 26, 2007

Pensar; pensar en pensar; pensar que después vamos a tener que tomarnos el tiempo para pensar en aquello que decidimos que había que repensar. El tren de la desesperación.

martes, septiembre 25, 2007

El blues de las 15:30

Cuando a media tarde se me apaga un motor, me reamanece, la cafeína.

lunes, septiembre 24, 2007

Les adieux

Aquélla noche, repentinamente, pidió silencio ayudándose con vigorosos aplausos, y cuando captó su atención, se paró sobre un cajón de cervezas, y dijo a sus amigos: No quiero alarmar a nadie caballeros, pero he notado que somos cada vez más anécdota y menos búsqueda…. Y tomando con tranquilidad el envase tetra brik cortado al medio que algún otro había dejado sobre la mesa, bebió un sorbo de aquélla mezcla, apuró luego un bocado de choripan, y siguió mientras masticaba: éste chori que tengo hoy en mi mano (levantándolo como una hostia), especialmente el de hoy (ahora levantando las cejas), amadísimos míos, puede que signifique más de lo que creemos…. Se abrazaron casi entre todos. Algunos entendían más que otros lo que acababa de pasar. Al rato se armó el torneíto de truco. La final se jugó ya amaneciendo.

viernes, septiembre 21, 2007

"¿Viste papá? ¡Vos sos tierra y yo soy café!"

Ayer a la tarde en Palermo. Salían de un jardín de infantes padre e hijo y lo robé al pasar. Lástima que no andaba con la cámara, porque el sentido de la frase sobrevolaba todo el escenario y toda la tarde, aunque en realidad no sé si hubiera salido...

miércoles, septiembre 19, 2007

On the road

Kilómetro tras kilómetro, en un auto con perfumes y músicas y paisajes y peajes; y se volcó un poco de yerba pero igual nunca me importa, y te pido que elijas otro compact porque Andrés me está cansando y vos lo pones rápido para que yo no vea qué elegiste y después me tomás examen, y yo que me los sé de memoria, y nos divertimos, y el campo ya respira cerca, y yo sabiendo todo el tiempo que no es solo cuestión de estilos como yo mismo te había dicho aquélla vez para salir del paso, que yo sabía desde antes que las cosas se dicen o no se dicen, y que si es verdad que el espíritu tiene una casa, tiene que ser verdad que el espíritu tiene una mesa, sobre la que se ponen las cosas que se hacen y las que se compran hechas y que yo puedo invitarte cualquier día y mostrarte que lo que sirvo tiene gusto y que si cocino picante es porque siento que mi sangre exige, a veces, pruebas.

martes, septiembre 18, 2007

Soñé con mis manos. Una escribía sobre la otra (la escritora sobre la asesina). Esto tiene que ser una metáfora importante y yo no estoy pudiendo verla…

lunes, septiembre 17, 2007

Hoy lunes, escribir y que no parezca que bailo, ni que camino, ni que corro, ni que vuelo. Escribir y que parezca que escribo. Nada de escribir como volando. Y menos de volar como escribiendo. Nada de desayunar como almorzando, ni de cantar como recitando. Y nada de ordenar como pidiendo, ni de viajar como escapando, ni de atacar como defendiendo.
Y hasta agradezco el frío y la lluvia. Hoy lunes, que parezca lunes. Y a bancársela, che.

domingo, septiembre 16, 2007


Isla sureña, fría y solitaria


Busca oveja pensativa,

De lana oscura y ojos lejanos

Que se sienta cómoda

en espacios amplios.

viernes, septiembre 14, 2007

Round here


En este blog vale todo lo que vale adentro mío (sí, esto está escrito con salsa).

miércoles, septiembre 12, 2007

Get back!!! (to where you...)

¡Esos días en que nos levantábamos con ganas de salir a buscar máximas expresiones de cualquier cosa!

martes, septiembre 11, 2007

Cuaderno, 11 de Julio, 2007

Una hormiga casi muerta yace sobre esta misma hoja mientras escribo. Está casi muerta porque yo, el hombre que escribe, casi la maté. Voy a darle muerte sobre la hoja. Está hecho. Ni una mancha dejó. Cuando vuelva a leer esto en unos días, su cadáver no va a estar, y ni manchas en la hoja va a haber. Ahora la empujé lentamente con el dedo índice hasta hacerla caer desde el borde del cuaderno al escritorio. Y no sé si vuelvo a verla. Sí, ahí está. Desprovista de vida.
Se me ocurre preguntarme si en rigor sigue siendo la hormiga que era antes de morir. Es obvio que no, pero lo que quiero decir es que no sé si no debiera, ahora que perdió el entusiasmo, referirme a ella de otro modo.
Voy a tirarla al piso y ahí sí que difícilmente vuelva a verla. desapareció. Antes de soltarla al vacío la sentí entre las yemas del índice y el pulgar de mi mano izquierda. La mano que no escribe. La mano asesina. Tengo una mano escritora, y una mano asesina.
Y a esta altura de mi vida, puedo decir que no sé cuál es más poderosa.

lunes, septiembre 10, 2007

Llovía como mil llantos

Tomaste dos colectivos. Llovía como mil llantos. En un momento del viaje creíste estar perdido (desde alguna perspectiva lo estuviste hasta que alguna señal te hizo sentir que estabas en camino) Los dos bondis venían casi vacíos, así que viajaste todo el tiempo sentado. Llegaste cubierto por un poncho de lluvia que compraste hace unos años en Cuzco días antes de emprender el camino del inca. Diste dos golpecitos a esta puerta de chapa. Yo la abrí, y vos te sacaste la capucha del poncho, ansioso por ser reconocido.Te dije: “Me figura una respuesta en stock”, con esa sonrisa feliz y dolida que te pongo cada vez que hace casi diez años.

domingo, septiembre 09, 2007

Coffee soul!!!

De repente me encontré pensando: “Un café más, y la noche va a nombrarme sonámbulo honoris causa. Y voy a emocionarme”.

sábado, septiembre 08, 2007

Tu risa; tu voz; tus ojos; tus sospechas; tus picazones y tus uñas; tu apetito; tu abrigo; tu paso, tu ritmo, y tus pies y su indomable aspereza; la placentera sensación de llenar los pulmones; tus enojos; tu discriminación olfativa; tu tacto que no miente; tu curiosidad; lo que no puede compartirse; lo que elegís no decir; lo que tenés ahí mismo y no te ves; lo que no podrías callar; lo que estás gestando semisecretamente; el borrador de tu plan de ataque y tu fantasía de una defensa alegre; tus cabezas embalsamadas de tropiezos desparramantes; las mil y una máscaras de tu insondabilidad; lo que robaste y se te rebela y quiere irse; ¡lo que viste!; lo que robaste y ya es tuyo; las riendas; tus cuadernos; tu memoria musical y el olvido que usás como pimienta; ése sentimiento que entibia y aquél otro que incendia; tu maletín y tu candadito incorruptible.
Todo eso que traés y no está en venta.

jueves, agosto 30, 2007

Para ir perdiendo peso paso a paso: un tajo hondo en el corazón de la mochila.

Y caminar despreocupadamente...

domingo, agosto 26, 2007

Domingo, 5:45am

Me vi dos películas “al hilo”. Muy distintas ellas. Y a la vez no tanto, porque tratándose de seres humanos… . En una comenzaban a extinguirse los mayas. Corrió sangre. Y creo que en un momento pensé en "Las causas" de Borges, y en otro momento pensé en porqué a esta segunda película de Mel Gibson no le habían dado tanta bola. En la otra, las historias de unas ocho o diez personas “comunes” se enredaban y algunos crecían, y otros no tanto, o todos crecían y algunos aprendían a morirse. Ahora mismo solo se me ocurre pensar o sentir que vivir no puede ser tan grave. Así de optimista quiero dormirme antes de que se me haga de día. Los sentimientos, los únicos seres que una vez puestos en cautiverio, no dudan en suicidarse.

viernes, agosto 24, 2007

Bondi


Mientras me distraigo con las veredas
El tiempo se detiene en un lugar donde busco algo.
Busco algo que no encuentro porque busco
En un lugar donde estoy buscando.
Los hinchas de la mariguana me distraen ahora
Con una idea acaso banal:
El que busca, busca.



Walter Piancioli, Siete cuadernos rayados, 2001.

miércoles, agosto 22, 2007

Primero la miraba y pensaba, yo no sé que será la vida, pero si de algo estoy seguro es de que no es el rugby, como afirma esta publicidad de Visa (ustedes no ven que es de visa pero yo se los cuento), y me brotó (porque ya la conocía y me gustaba) aquella idea de Bataille, que conocí por Alejandro (a Bataille y a la idea), de que la vida es una aventura ininteligible. La vida no es una experiencia predeterminada, más bien todo lo contrario. Y no es una experiencia que nuestro entendimiento pueda abarcar por completo, nuevamente, más bien todo lo contrario. Por lo tanto no hay tanto que entender y sí mucho que movilizar, cultivar, y sentir. Lo explica con tanto arte Alejandro en éstas palabras, que los invito a leerlas. Y qué linda me quedó la foto, ¿eh?


*Capturé la imágen en Auckland

martes, agosto 14, 2007

De repente me encontré pensando: “tengo que bajar las pulsaciones. Y subir algo, pero no sé bien qué…”.

miércoles, agosto 01, 2007

Clases pre-vuelo: brazos abiertos, ojos cerrados, y un ventilador apuntando a las axilas.