sábado, noviembre 24, 2007
Felipe Molina
Felipe Molina es un artista plástico estadounidense-colombiano que se encargó de esparcir su arte sobre un disco que me gusta muchísimo musical y visualmente. El disco es New Amsterdam: Live at Heineken Music Hall 2003, de Counting Crows (mi bandalma gemela).
Cuando llegué a la página de Felipe, vi que no era casual el bellísimo arte de aquél disco, porque todo su trabajo me encantó. Les recomiendo una visita a su mundo.
viernes, noviembre 23, 2007
Para la merienda!!!
Creer que crear es crecer, es criar el propio crédito.
(y eso es bueno)
Imágen: Fishingman, óleo de Felipe Molina.
lunes, noviembre 19, 2007
Hoy
domingo, noviembre 18, 2007
Dunkelheit
Noto que camino rápido y me repito que no estoy escapando ni haciendo ejercicio. Que estoy usando estas calles como si fueran calles de mi propio espíritu. Siento algo bastante parecido a estar contento. Voy mirando las casas, que se van silenciando de a poco para despertar, mañana lunes, a grito pelado. Hay poca luz artificial. Voy llegando a la esquina y ya tengo ganas de pasear por esa zona descampada y oscura en que devino la cancha de rugby, para poder mirar el cielo y confundirlo con el mar. De repente me maravillo al sentir que hace años que no le tengo miedo a la oscuridad. Qué bueno no haber muerto antes de dejar de temerle a la oscuridad (Sí, y qué bueno no haber muerto antes de tantas otras cosas). La oscuridad es de los que la caminan. Yo no soy un invitado en las tinieblas. Soy un adorador del sol que tiene una casa en la oscuridad.
viernes, noviembre 16, 2007
¡¡¡Consejo quick para caminantes!!!
1 Escribir en una hoja de color blanco de 8 por 3 cm. la siguiente sentencia: Caminar no es aburrido.
2 Hacer varias copias y repartirlas por distintos bolsillos de sus prendas, para ir encontrándolas con el tiempo como por casualidad.
3 En lo sucesivo, ante cada encuentro, contrastar los pasos con esta idea. Si nos estamos aburriendo, es porque “esto no camina”.
martes, noviembre 13, 2007
Hugo, la lluvia de hoy martes, y yo
Los dos conocemos estas y otras reglas. De todas formas, cuando nos encontramos, jamás mencionamos este saber que compartimos. Supongo que porque no hace falta, porque compartimos también otras cosas. Ni Hugo ni yo sabemos cuantos encuentros nos quedan al uno con el otro. Sabemos sin embargo, que si todo va bien, él va a morirse bastante antes que yo. Esto tampoco lo decimos nunca. Desde alguna perspectiva no sería erróneo afirmar que la respuesta a la pregunta de cuantas veces más vamos a vernos, depende de él.
Cuando en nuestras reuniones nos encontramos de repente en una carcajada a dúo, la exageramos como niños o como locos y vaciamos los pulmones a más no poder, como haciendo un bungy jumping hasta llegar cada uno a mojarse la frente con el agua tibia de su propia muerte, y entonces entendemos instantáneamente hasta qué punto la risa no es lo contrario de esta. Esto último tampoco solemos comentarlo, pero nos miramos de una manera que nos delata.
Hace uno o dos años que no lo veo a Hugo. Pronto voy a visitarlo.
sábado, noviembre 10, 2007
The runaway
jueves, noviembre 08, 2007
Resumen porteño
Después charlamos y comimos pizza, y hablando del intérprete coincidimos, Este pibe va a llegar, eh.
Música encarnada
-Ampliaremos-
viernes, noviembre 02, 2007
Líneas de inestabilidad en el hemisferio sur*
El alivio que habrá sentido Cesar
en la mañana de Farsalia,
al pensar: Hoy es la batalla.
Tríada, J.L.Borges.
Cualquier mujer que se sienta hermosa, es la mujer más hermosa de la tierra. Ella va caminando por Buenos Aires, una mañana de martes o de miércoles, y está pensando en cual de esos dos bares va a desayunar. Finalmente sin dificultad elije ese que elije la mayoría de las veces; el de la esquina. Hay sol y es primavera. Se sienta en una de las mesas de la vereda. Solo una más de las mesas de afuera está ocupada. La verdad que es un poco temprano, piensa. Es que se despertó a las siete, y aunque tiene el día libre, no pudo volver a dormirse y odia aburrirse en la cama. Adora la primavera, y esa mañana particularmente se siente parte de la ella. De todas formas sospecha el porqué de su dificultad con el sueño. Y se enoja. Porque no quiere que sea eso. Pero aún así, saca el cuaderno ese que lleva siempre a todos lados y en una hoja a estrenar, escribe el nombre de su problema. No es un tipo, eh. Ojalá lo fuera, pensó recién mientras se esforzaba en ponerle un título a su nudo, a su conflicto. Lo escribió y se sintió más fuerte. Lo tremendo es no conocerle la cara al enemigo, dijo muy bajito. Se puso a leer. Tampoco debe querer que él se dé cuenta de que le camina tan cerca. Si el problema se asusta y se espanta, no lo atrapás más. Leyó unas diez o doce páginas a los tropezones, y ahora abandonó. Porque vieron lo molesto que es leer distraído; hay que releer párrafos enteros y eso resulta muy enojoso. Apoyó el libro en la mesa y la veo bufar. Se cansó, se pudrió, se hartó, se asqueó, se enfermó, se rebalsó, se indigestó, se colmó, se impacientó, se envenenó, se apuñaló, se recalentó, se aburrió, se perdió. Y ahora pide la cuenta, con una seña y sin sonrisa. Paga, deja la propina exacta, guarda su cuaderno, su libro, su problema horrible y malparido, cierra la mochila, agrega una moneda a la propina porque se siente culpable y débil, y se para. Se pone el mp3, y desde acá me parece ver un esbozo tambaleante de media sonrisa, ¿qué estará escuchando?, eso no puedo saberlo. Ahora apoya la mochila en la silla, la abre, saca el cuaderno y la birome que había guardado, abre en la hoja del problema, y escribe abajo, impacientarse es perderse la paciencia a si mismo. Está sonriendo, definitivamente. Guarda todo y mira alrededor, como confirmando que levantó el ancla y que tiene sus remos, y a los de las mesas de adentro ni nos ve. Empieza a caminar y sus pasos ya delatan que va a tardar mucho en llegar a cualquier lado. Chau, que tengas buen día.
*Título robado a un libro sobre meteorología aeronautica.