martes, septiembre 30, 2008

lunes nueve, junio, cuaderno nueve


23:00hrs. En unos minutos se larga una maratón de estudio irrefrenable.
La aguja del reloj de la cocina hace ruido a cada segundo; un ruidito por segundo. La heladera hace ruido. Las frutas en la frutera, no. El agua en la pava va a hacer ruido cuando hierva. En realidad va a ser el vapor jugando con la tapa. León patea la puerta desde el otro lado para que yo le abra. Si ese manotazo que pega no hiciera ruido, yo no me enteraría.
Che, parezco el nene del curioso incidente del perro a medianoche.
Escuchá..., me gusta el sonido que hace león cuando toma agua.

viernes, septiembre 26, 2008

Cuadernos australianos


Ya nada de lo que traje lo traje de gusto. Estoy estrenando este cuaderno, que viajaba vacío. Es el cuaderno ocho. Y el culo le abrocho.
El viaje vio morir al único par de ojotas que traje. La vuelta de mi caminata al faro en Byron Bay, tuvo como condimento las constantes interrupciones en mi marcha (cada veinte pasos), debidas a la necesidad impostergable de reacomodar el cabito que va en el hueco del cuerpo principal de la ojota. Creo que lo expliqué para el orto.

Resulta que es una enfermedad que aparenta tener cura, pero de eso mueren casi todas las ojotas en el mundo. De eso o de abandono; olvidos en apariencia no intencionales, en lugares cualquiera. La ojota que es olvidada en una playa, muere a los cuatro o cinco días, porque al no ser pisadas, se interrumpe el flujo de sangre a través de su cuerpito de goma ordinaria. Pero cómo, ¿y cuando en el invierno no las usas?, hibernan querido, hibernan.
A mí las ojotas me duran un verano y medio. Sería mucho más cómodo que me duraran dos veranos, o uno, porque siempre a mediados de enero, un par de ojotas me deja a gamba, a pie pelado.
Entonces, ni bien llegué de vuelta al pueblo de Byron, me compré por 19.90 dólares australianos, un par nuevo. Son negras, de otra marca pero de una calidad aparentemente similar a la de sus antecesoras. A las inservibles las tiré a la basura ni bien salí del local, ya parado sobre las nuevas. Qué lindo es salir de los locales usando ya lo recién comprado.

martes, septiembre 23, 2008

El día de Febrero que volví de Australia



Acabo de cortarle la cabeza a una paloma. Usé un hacha. Tuve que dar tres o cuatro golpes. Fueron cuatro, definitivamente.
La maté porque estaba sufriendo, ella, y decidí, yo que la veía desde afuera sin poder sufrir, que no tenía chances de recuperarse.
Tenía una herida grande de un lado que le impedía estar parada, entonces yacía panza arriba y cada tanto aleteaba tratando de darse vuelta y levantarse. La ayudé pero en seguida se cayó de lado, poniendo la herida al sol.
Mi perro se acercó a curiosear, a investigar, ver si era algo comestible. Le grité y se alejó.
Ya con la cabeza a diez centímetros del torso, la panza se fue desinflando, yo pensé en algún instrumento musical. Por algún lado salía el aire, todo el miedo que había sentido.
No puedo saber si sufría mucho o poco, si era como para matarla, o si había que dejar que la muerte llegara despacio.
Me pareció que podría haber agonizado horas, temblar, y morir recién a la noche. Ya no puede ser un error.


El resto del día fue como cualquier día de febrero en que uno vuelve a casa desde lejos, bien tratado, mal dormido, con una mochila de ideas para desarmar.

jueves, septiembre 18, 2008

Grunge


Wikipedia dice:

“El grunge, en ocasiones conocido como sonido de Seattle, es un subgénero
del rock derivado del indie rock y del rock alternativo influenciado por el noise pop, tomando sonidos cercanos al hard rock, el punk y el hardcore punk y con estructuras cercanas al pop rock clásico”.

¿Esto no quiere decir un poco que no sabemos muy bien qué es el grunge?

lunes, septiembre 15, 2008

spontanéité (Gloria rayado anillado de ochenta y cuatro hojas, núm. nueve)



Puse a hervir dos papas blancas y dos rodajas de una calabaza atardeciente que quedó ahí (levanto la cabeza y la miro), cantando incompleta sobre la mesada.

Frente a mí, pero allá al final de la mesa, habla el Calamaro del noventa y cuatro desde la notebook, en una entrevista que me llega por gentileza indiscreta de la máquina del tiempo Youtubeana.

Llegué al video después de poner en el google “Calamaro el salón”, cuando en realidad creo haber querido escribir “Calamaro el salmón”, y me invitó la red de redes a ver esta entrevista de Andrés en el salón de su casa madrileña.

Estos últimos días estuve escuchando, en auto y ipod, El salmón (lo que buscaba en google era la tapa del disco para que nos ilustrara, aunque no lo hiciera finalmente). Venía dándole vueltas en cabeza y cuaderno al impostergable tema de la espontaneidad, y este disco es un ejemplo de espontaneidad valiosa; me gusta. La gente valiosa, tiene espontaneidad valiosa. Me acuerdo que lo compré original, hace años, cuando todavía no era un virtuoso y orgulloso ladrón de arte.

Fui a la cocina y le hundí suavemente un Tramontina clásico a una papa, ya casi están. Puse en el horno tres milanesas, de las cuales probablemente me coma dos.

Ahora habla un Calamaro más de ahora, en una nota para El rayo, creo que es en la misma casa de la nota anterior, quizás con más guitarras, y por lo que dice ya no toca en Los Rodríguez.Los Rodríguez, Hasta luego.

Puede que hacer un puré sea fácil. Pero hacer un puré rico, cuando uno ya por los caminos recorridos se ha vuelto un poco hinchapelotas, no lo es. Yo hago un puré de varias estrellas.Lo mezclé con la calabaza, manteca, pisa papas, y voilá!

Alejandro dice que las personalidades no muy espontáneas comunican una sensación de incomodidad; que está incómoda la persona que actúa su ser, tanto como la que recibe su influencia. Es verdad.

miércoles, septiembre 10, 2008

Humor express, via sms


Yo: Che, da para ponerle traba volante a un fitito adentro del estacionamiento de la Facu???

Captain Peter: únicamente si compró el volante robado y los chorros no le sacaron el traba volante.

martes, septiembre 09, 2008

La vida de Bertincito es querer lo que está lejos, ir a buscarlo, querer lo que está acá.

lunes, septiembre 08, 2008

livre de bord six, novembre, 2007


Caliento agua para mate. “Discúlpenme, pero me tengo que meter la mano entre las tetas porque se me metieron pedacitos de tostada”, dijo recién la Negra. No suena del todo lindo la radio, es porque se me rompió la antena, que en realidad era nueva porque ya la cambié una vez; la anterior estaba muy deteriorada y a esta la deterioré del todo.
Galletitas criollitas con dulce de leche y mate. Merienda bien campera. Lo campero es lo que es posible en el medio del campo. El sushi no lo es, por ejemplo. Hoy me bañé, pero ya me siento gordo y pesado de calor. No es lindo sentirse gordo y pesado de calor; No se disfruta. Abrí la ventana y me saqué la remera. Suenan Los piojos, malísimo éste tema. No sé sobre qué pensar. Quiero que avance el cuaderno pero no sé sobre qué pensar. Me voy a la pileta. Che, ¡todavía no escribí con el cuerpo metido en la pileta!

domingo, septiembre 07, 2008

cuaderno seis, septiembre, 2007


Cené arroz con atún y mayonesa. León también, porque me sobró bastante. Ahora con un pie puesto en la madrugada del jueves, como chocolate, escribo, y tomo café. Suena la radio, Dolina, Rolón, se ríen, pero no sé de qué, hace un rato que no les sigo el hilo; volví a escucharlos recién cuando miré alrededor para describir mi escena. Estaba tan en mí que me creí mi vida, mi personaje.

Mare es el hombre que se levanta y escribe, que se está por acostar y escribe, que a veces si el transito está perezoso, maneja y escribe, que cocina y mientras algo hierve o se fríe, apoyado en la mesada, con un ojo vigila la comida y con el otro siente lo que piensa y mira lo que escribe. Mientras otros se rezan, Mare se escribe.

jueves, septiembre 04, 2008

un verso de Juan Gelman


¿Camino que dejabas al que perdió tu llave?

Dejabas, abandonabas, un camino. Pero no lo dejabas simplemente, sino que se lo dejabas a alguien, al otro, a la otra. ¿Qué es dejarle un camino a otra persona? ¿Cedérselo? ¿Para que sea esa persona ahora la que lo ande? ¿Y uno ya no?
¿De quién era ese camino que dejabas? ¿De la persona a quien se lo dejabas? ¿O era de los dos, tuyo y de él o ella? ¿Lo dejabas entonces sólo en ese camino que antes era de los dos?

El camino se lo dejabas al que perdió tu llave. ¿Por eso se lo dejabas? ¿Qué es perder la llave de otra persona? perdió tu llave, ¿tenía una llave con la que entraba en vos? Y la perdió, ¿Entonces ya no sirve que compartan un camino porque ya no se puede, ya no te llega?

martes, septiembre 02, 2008

what we talk about when we talk about Raymond

Un cuento de Carver es un vaso de agua que en el estómago se te vuelve vodka.