Lo suficientemente cerca como para escucharte.
Lo suficientemente lejos como para no silenciarte facilmente.
Si se corta la luz, la vida vuelve a mostrarse como es, liviana.
(Yo uso un despertador eléctrico, el de la foto es más lindo. Un espíritu engranajeado rara vez perdona)
domingo, octubre 29, 2006
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