miércoles, mayo 23, 2007
El témpano:
Derretirle solo aquello que pretendamos beber. Contemplarlo. Cruzarlo descalzo y que los pies solos vayan sintiendo que son como zapatos creados especialmente para la ocasión. Respirar hondo, permitirse tener un poco de miedo, y muchas ganas de congelar alguna constelación interna para aprovechar que ese aire está adentro. Desabrigarse, buscando comprenderlo aún más. Hablar aunque no escuche nadie.
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