
Que no hubiera nadie para contemplar mi llanto encebollado, casi me hace llorar de en serio.
En la mesa. Alguien diría que es más un revuelto que una tortilla. Yo digo que es una tortilla descontracturada.
gotas desbordantes para mares entusiastas; luminosidades insinuantes para estornudos de rienda suelta!


"Hay solo un camino. El que hubo siempre. Que el creador de verdad tenga la fuerza de vivir solitario y mire dentro suyo. Que comprenda que no tenemos huellas para seguir, que el camino habrá de hacérselo cada uno, tenaz y alegremente, cortando la sombra del monte y los arbustos enanos."
Ahora es la mañana, el después de haber dormido. El café opera como droga de la verdad del día. Solo algunos se atreven a volver del sueño, y el último de los días, lo será por no haber vuelto. Me vine a estudiar a la biblioteca, y desde abajo me llega en burbujas Reveal, de R.e.m. Dormí bien. Dormí, simplemente. Ahora está nublado a más no poder. Ya era hora de que la primavera se pusiera seria y pelotuda. You know who you are, canta Michael. No sé, mirá.
Cuaderno 5, de la primavera pasada.

Son las diez de la mañana, Starbucks tiene ya más movimiento que cuando llegué. "Malditas despedidas, me están volviendo viejo", canta Andrés en mi ipod. Che, qué bien que pasa música el shuffle de mi ipod. Engancha los temas con un hilo sensible que casi me asusta.





Puse a hervir dos papas blancas y dos rodajas de una calabaza atardeciente que quedó ahí (levanto la cabeza y la miro), cantando incompleta sobre la mesada.
Frente a mí, pero allá al final de la mesa, habla el Calamaro del noventa y cuatro desde la notebook, en una entrevista que me llega por gentileza indiscreta de la máquina del tiempo Youtubeana.
Llegué al video después de poner en el google “Calamaro el salón”, cuando en realidad creo haber querido escribir “Calamaro el salmón”, y me invitó la red de redes a ver esta entrevista de Andrés en el salón de su casa madrileña.
Estos últimos días estuve escuchando, en auto y ipod, El salmón (lo que buscaba en google era la tapa del disco para que nos ilustrara, aunque no lo hiciera finalmente). Venía dándole vueltas en cabeza y cuaderno al impostergable tema de la espontaneidad, y este disco es un ejemplo de espontaneidad valiosa; me gusta. La gente valiosa, tiene espontaneidad valiosa. Me acuerdo que lo compré original, hace años, cuando todavía no era un virtuoso y orgulloso ladrón de arte.
Fui a la cocina y le hundí suavemente un Tramontina clásico a una papa, ya casi están. Puse en el horno tres milanesas, de las cuales probablemente me coma dos.
Ahora habla un Calamaro más de ahora, en una nota para El rayo, creo que es en la misma casa de la nota anterior, quizás con más guitarras, y por lo que dice ya no toca en Los Rodríguez.Los Rodríguez, Hasta luego.
Puede que hacer un puré sea fácil. Pero hacer un puré rico, cuando uno ya por los caminos recorridos se ha vuelto un poco hinchapelotas, no lo es. Yo hago un puré de varias estrellas.Lo mezclé con la calabaza, manteca, pisa papas, y voilá!
Alejandro dice que las personalidades no muy espontáneas comunican una sensación de incomodidad; que está incómoda la persona que actúa su ser, tanto como la que recibe su influencia. Es verdad.



