Para mí escribir es siempre escribir las paredes. Escribir sobre las paredes es como hablar al aire libre (La mejor manera de hablar). Sobre las paredes se puede hacer la letra de cualquier tamaño. Del tamaño que exija el mensaje, del que salga.
Se puede hacer letra enorme y entonces estamos gritando. Eso es difícil de hacer en los cuadernos. Además se te acaba la página a cada rato. ¡Es como gritar tartamudeando! Y si tenés que cambiar de cuaderno es un embole, y no sería saludable tener que andar pensando, “voy a gritar de tal manera que el grito quepa justo en un cuaderno” porque así el grito va a ser una porquería y al final vas a ser la misma tibieza metida en el mismo saquito de té.
Las paredes son prácticamente infinitas en cuestión de dimensiones. Obvio que no son infinitas, pero bueno, tu voz también tiene límites. Además tampoco es cuestión de gritar tanto. En las paredes sabés que si querés escribir un grito y reventar las venas dulces y amargas de la garganta, todas al mismo tiempo, aunque sea lo último que hagas, podés.
Las paredes son prácticamente infinitas en cuestión de dimensiones. Obvio que no son infinitas, pero bueno, tu voz también tiene límites. Además tampoco es cuestión de gritar tanto. En las paredes sabés que si querés escribir un grito y reventar las venas dulces y amargas de la garganta, todas al mismo tiempo, aunque sea lo último que hagas, podés.
2 comentarios:
Suena bien yo suelo gritar en silencio, deberia probarlo ;) un beso.
yo habia posteado aca, pero ya no recuerdo que, y parece que no lo subio, maldita conectsxion.
creo que habia dicho que bueno ser cielo para gritar truenos, maldito alzheimer
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