Pasó por acá a los empujones, se tropezó con todo, maldijo a medio mundo, forzó cerraduras a patadas, gritó para darse fuerza, aprendió a nadar desnudo; jamás se disfrazó, pero viajó de polizón en un cuaderno lleno de ideas vanidosas, y acá está, un poco despeinado y con su hermosa sonrisa rodeada de chocolate, con ustedeeeees…
¡El borrador que quiso ser definitivo!
sábado, septiembre 29, 2007
viernes, septiembre 28, 2007
Ausencia
Qué ausente que estoy en esta clase. Me dan ganas de pararme y decirle a este buen hombre, “profe, póngame ausente, hágame el favor. Porque esto es una estafa. Y no es mi estilo, vio?”.
O podría decirle, “Profe, o le pone un poquito de pimienta a la clase, o le ato una piolita a mi cabeza, y le abro la ventana para que salga a jugar como un barrilete”.
O podría decirle, “Profe, o le pone un poquito de pimienta a la clase, o le ato una piolita a mi cabeza, y le abro la ventana para que salga a jugar como un barrilete”.
miércoles, septiembre 26, 2007
martes, septiembre 25, 2007
lunes, septiembre 24, 2007
Les adieux
Aquélla noche, repentinamente, pidió silencio ayudándose con vigorosos aplausos, y cuando captó su atención, se paró sobre un cajón de cervezas, y dijo a sus amigos: “No quiero alarmar a nadie caballeros, pero he notado que somos cada vez más anécdota y menos búsqueda…”. Y tomando con tranquilidad el envase tetra brik cortado al medio que algún otro había dejado sobre la mesa, bebió un sorbo de aquélla mezcla, apuró luego un bocado de choripan, y siguió mientras masticaba: “éste chori que tengo hoy en mi mano (levantándolo como una hostia), especialmente el de hoy (ahora levantando las cejas), amadísimos míos, puede que signifique más de lo que creemos…”. Se abrazaron casi entre todos. Algunos entendían más que otros lo que acababa de pasar. Al rato se armó el torneíto de truco. La final se jugó ya amaneciendo.
viernes, septiembre 21, 2007
miércoles, septiembre 19, 2007
On the road
Kilómetro tras kilómetro, en un auto con perfumes y músicas y paisajes y peajes; y se volcó un poco de yerba pero igual nunca me importa, y te pido que elijas otro compact porque Andrés me está cansando y vos lo pones rápido para que yo no vea qué elegiste y después me tomás examen, y yo que me los sé de memoria, y nos divertimos, y el campo ya respira cerca, y yo sabiendo todo el tiempo que no es solo cuestión de estilos como yo mismo te había dicho aquélla vez para salir del paso, que yo sabía desde antes que las cosas se dicen o no se dicen, y que si es verdad que el espíritu tiene una casa, tiene que ser verdad que el espíritu tiene una mesa, sobre la que se ponen las cosas que se hacen y las que se compran hechas y que yo puedo invitarte cualquier día y mostrarte que lo que sirvo tiene gusto y que si cocino picante es porque siento que mi sangre exige, a veces, pruebas.
martes, septiembre 18, 2007
lunes, septiembre 17, 2007
Hoy lunes, escribir y que no parezca que bailo, ni que camino, ni que corro, ni que vuelo. Escribir y que parezca que escribo. Nada de escribir como volando. Y menos de volar como escribiendo. Nada de desayunar como almorzando, ni de cantar como recitando. Y nada de ordenar como pidiendo, ni de viajar como escapando, ni de atacar como defendiendo.
Y hasta agradezco el frío y la lluvia. Hoy lunes, que parezca lunes. Y a bancársela, che.
Y hasta agradezco el frío y la lluvia. Hoy lunes, que parezca lunes. Y a bancársela, che.
domingo, septiembre 16, 2007
viernes, septiembre 14, 2007
miércoles, septiembre 12, 2007
Get back!!! (to where you...)
martes, septiembre 11, 2007
Cuaderno, 11 de Julio, 2007
Una hormiga casi muerta yace sobre esta misma hoja mientras escribo. Está casi muerta porque yo, el hombre que escribe, casi la maté. Voy a darle muerte sobre la hoja. Está hecho. Ni una mancha dejó. Cuando vuelva a leer esto en unos días, su cadáver no va a estar, y ni manchas en la hoja va a haber. Ahora la empujé lentamente con el dedo índice hasta hacerla caer desde el borde del cuaderno al escritorio. Y no sé si vuelvo a verla. Sí, ahí está. Desprovista de vida.
Se me ocurre preguntarme si en rigor sigue siendo la hormiga que era antes de morir. Es obvio que no, pero lo que quiero decir es que no sé si no debiera, ahora que perdió el entusiasmo, referirme a ella de otro modo.
Voy a tirarla al piso y ahí sí que difícilmente vuelva a verla. desapareció. Antes de soltarla al vacío la sentí entre las yemas del índice y el pulgar de mi mano izquierda. La mano que no escribe. La mano asesina. Tengo una mano escritora, y una mano asesina. Y a esta altura de mi vida, puedo decir que no sé cuál es más poderosa.
Se me ocurre preguntarme si en rigor sigue siendo la hormiga que era antes de morir. Es obvio que no, pero lo que quiero decir es que no sé si no debiera, ahora que perdió el entusiasmo, referirme a ella de otro modo.
Voy a tirarla al piso y ahí sí que difícilmente vuelva a verla. desapareció. Antes de soltarla al vacío la sentí entre las yemas del índice y el pulgar de mi mano izquierda. La mano que no escribe. La mano asesina. Tengo una mano escritora, y una mano asesina. Y a esta altura de mi vida, puedo decir que no sé cuál es más poderosa.
lunes, septiembre 10, 2007
Llovía como mil llantos
Tomaste dos colectivos. Llovía como mil llantos. En un momento del viaje creíste estar perdido (desde alguna perspectiva lo estuviste hasta que alguna señal te hizo sentir que estabas en camino) Los dos bondis venían casi vacíos, así que viajaste todo el tiempo sentado. Llegaste cubierto por un poncho de lluvia que compraste hace unos años en Cuzco días antes de emprender el camino del inca. Diste dos golpecitos a esta puerta de chapa. Yo la abrí, y vos te sacaste la capucha del poncho, ansioso por ser reconocido.Te dije: “Me figura una respuesta en stock”, con esa sonrisa feliz y dolida que te pongo cada vez que hace casi diez años.
domingo, septiembre 09, 2007
Coffee soul!!!
sábado, septiembre 08, 2007
Tu risa; tu voz; tus ojos; tus sospechas; tus picazones y tus uñas; tu apetito; tu abrigo; tu paso, tu ritmo, y tus pies y su indomable aspereza; la placentera sensación de llenar los pulmones; tus enojos; tu discriminación olfativa; tu tacto que no miente; tu curiosidad; lo que no puede compartirse; lo que elegís no decir; lo que tenés ahí mismo y no te ves; lo que no podrías callar; lo que estás gestando semisecretamente; el borrador de tu plan de ataque y tu fantasía de una defensa alegre; tus cabezas embalsamadas de tropiezos desparramantes; las mil y una máscaras de tu insondabilidad; lo que robaste y se te rebela y quiere irse; ¡lo que viste!; lo que robaste y ya es tuyo; las riendas; tus cuadernos; tu memoria musical y el olvido que usás como pimienta; ése sentimiento que entibia y aquél otro que incendia; tu maletín y tu candadito incorruptible.
Todo eso que traés y no está en venta.
Todo eso que traés y no está en venta.
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