lunes, mayo 28, 2007

Letras (instrucciones para tratarlas):

Abrir el abecedario sólo cuando se tengan ganas de abrirlo con las ganas con las que se abre un paquete que hace esperar a un chocolate. Olvidar el orden que sugieren sin proponerse tal cosa. Seducirlas para averiguar si alguna sueña con un soplido que desordene sus curvas y ponga en jaque su utilidad. Concederle a la eventual soñadora la ejecución de tal pirueta para sentirse un escultor. Sentir luego la posibilidad de traicionarla evitando dar a conocer su nueva forma. Acto seguido, sentirse contento y salir a caminar por la ciudad dibujando su nueva silueta en cada lugar que parezca pedirlo a gritos.
Olvidar finalmente el asunto y ponerse a leer, indiferente.

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