viernes, marzo 28, 2008

Cajoneras, medias, y diablitos

Tengo una computadora. Adentro tiene una carpeta que se llama “Mare Carranza”. Esa carpeta es mía, pero la computadora que mencioné no es solo mía, y eso hace posible que existan en ella otras dos carpetas, “Emilia” y “Maria Inés”.
Adentro de Mare Carranza hay varias carpetas y algunos archivos: muchos Words, muchos Block de notas, algún JPEG.
Una de las carpetas se llama “Escribo 2”, porque hay otra que se llama simplemente “Escribo”, y cayó en desuso cuando un día creé “Escribo 2” y empecé a escribir más y mejor.
Otras carpetas que están adentro de Mare Carranza se llaman: “Palabrerío”, “Letras”, “Gente”, “De todo”, “Forestación”, “Recetas”, “Artículos diario”, “La Facu”, “Nueva carpeta” (nunca le cambié el nombre), “Lugares”, “Blog Mare! Blog me!!!”.Esta última es el aeropuerto desde donde todo despega hacia este blog, entonces tiene varias imágenes, y muchos Words que llegaron en un vuelo charter desde “Escribo 2”.
Adentro de “Escribo 2” hay decenas de Words, y varios Blocks de notas, con nombres como “Decir ahora”, “Tiene que ser un número”, “Casi las 3 a.m.”.
Y hay diez carpetas. Dos me causan gracia porque se llaman “Precocido” y “Crudo”, nombres que evidentemente hacen referencia al estado que creo sentir que tienen los escritos que almacenan.
Y otra, que me causa más intriga que gracia, se llama “Cajón de medias”. La encontré recién. Estaba separada de las otras nueve, y no la recordaba. Sentí que alguien había llegado hasta ahí y me había dejado una carpeta de regalo (Quizá uno de esos regalos que incomodan, como un peludo o un oso panda). La abrí, y está vacía. Le doy botón derecho, Propiedades, y me dice que fue creada hace casi un mes. Y entonces “me suena” haberla creado (Quizás porque me conviene que me suene, para no tener que sospechar el arribo anticipado de la esperada locura), alguna madrugada de mucho café, como alguien que pone a calentar agua en la pava y se olvida, obligando al líquido estrella a transformarse en gritos y maldiciones que la pava exhala mientras el sujeto está en la otra punta de la casa pintando una puerta o cortando el pasto a punto de recordar que hace cosa de media hora tenía ganas de tomarse un té y lentamente llegar a la conclusión de que va a ser conveniente que vaya a checkear que todo esté bien en la cocina y probablemente al entrar en ella lo haga despacio, como si cupiera la posibilidad de que el agua que supo convertirse en vapor se hubiera convertido luego en un monstruo armado con una pava de pico filoso, o (y prefiero esta segunda lectura) como alguien que pone una olla en el blanco de una gotera que aún no existe, al ver que el cielo se nubla y promete.


2 comentarios:

laura dijo...

es así, es así

yo estoy llena de cajoncitos y carpetitas y cositas, así en diminutivo

me gustan los nombres de tus carpetas, ahora me voy a mirar los míos, no me di bola y ahora me doy curiosidad

Mare dijo...

jaja que bueno, andá a chusmearte entonces!!
Saludos!