sábado, junio 19, 2010

La muerte de Saramago en el estudio de los Dres. Carrega.


El doctor Carrega padre lleva un buen rato de pie con el ceño fruncido y los ojos perdidos sobre unos papeles en su escritorio, pero no parece estar viéndolos realmente, piensa en otra cosa, otros papeles acaso guardados en una carpeta azul, naranja, o amarilla en algún rincón de esta habitación o de otra parecida, un comportamiento muy común en abogados de más de cincuenta años.
Su hijo, el doctor Carrega hijo, entra ahora a la oficina y se acerca a su padre, llega tan cerca como el escritorio se lo permite y habla, Papá, su voz sale algo quebrada, porque son las primeras palabras que pronuncia en el día, despertó y dijo Papá, pero no se percata de esto, tampoco el doctor Carrega padre (él tiene menos chances, claramente), aclara la garganta y vuelve a empezar, Papá, murió Saramago, ¿¡Qué?!, sí, anoche, o esta mañana, no sé, Ah, no, no, no, sí, no, no, no… no está dicha la última palabra, esto lo vamos a apelar. El doctor Carrega hijo achinó los ojos como ajustando la frecuencia, Papá,…nada.