Me vi dos películas “al hilo”. Muy distintas ellas. Y a la vez no tanto, porque tratándose de seres humanos… . En una comenzaban a extinguirse los mayas. Corrió sangre. Y creo que en un momento pensé en "Las causas" de Borges, y en otro momento pensé en porqué a esta segunda película de Mel Gibson no le habían dado tanta bola. En la otra, las historias de unas ocho o diez personas “comunes” se enredaban y algunos crecían, y otros no tanto, o todos crecían y algunos aprendían a morirse. Ahora mismo solo se me ocurre pensar o sentir que vivir no puede ser tan grave. Así de optimista quiero dormirme antes de que se me haga de día. Los sentimientos, los únicos seres que una vez puestos en cautiverio, no dudan en suicidarse.
Mientras me distraigo con las veredas El tiempo se detiene en un lugar donde busco algo. Busco algo que no encuentro porque busco En un lugar donde estoy buscando. Los hinchas de la mariguana me distraen ahora Con una idea acaso banal: El que busca, busca.
Walter Piancioli, Siete cuadernos rayados, 2001.
miércoles, agosto 22, 2007
Primero la miraba y pensaba, yo no sé que será la vida, pero si de algo estoy seguro es de que no es el rugby, como afirma esta publicidad de Visa (ustedes no ven que es de visa pero yo se los cuento), y me brotó (porque ya la conocía y me gustaba) aquella idea de Bataille, que conocí por Alejandro (a Bataille y a la idea), de que la vida es una aventura ininteligible. La vida no es una experiencia predeterminada, más bien todo lo contrario. Y no es una experiencia que nuestro entendimiento pueda abarcar por completo, nuevamente, más bien todo lo contrario. Por lo tanto no hay tanto que entender y sí mucho que movilizar, cultivar, y sentir. Lo explica con tanto arte Alejandro en éstas palabras, que los invito a leerlas. Y qué linda me quedó la foto, ¿eh?
*Capturé la imágen en Auckland
martes, agosto 14, 2007
De repente me encontré pensando: “tengo que bajar las pulsaciones. Y subir algo, pero no sé bien qué…”.
miércoles, agosto 01, 2007
Clases pre-vuelo: brazos abiertos, ojos cerrados, y un ventilador apuntando a las axilas.