miércoles, agosto 16, 2006

Huecos


Hablábamos del olfato, la artesanía, el arte que se requería para poder hacer que quepan todas las cosas para un viaje de varios días en un auto chico. Nos remontamos a varias experiencias previas. Uno de los viajes que mencionamos fue el de las vacaciones de invierno de 2003, con Guille y Captain Peter. Fue un viaje de un mes, en un fiesta con gnc. El tubo colocado en el baúl, dejaba varios recovecos que cubrimos con cajitas de puré de tomates, ollas, paquetes de fideos, etc. Cuando vendí el "Fiesti" hace un año, quise vaciarlo, y me encontré en sus profundidades con todo tipo de alimentos y artefactos, incluyendo una parrillita; y dudábamos de si algunas de las cosas eran del viaje 2003 o del viaje 2004 a Talampaya.
De repente, sin silencio previo, Captain Peter arrojó un principio, una ley natural del arte del cargamento de autos, lo hizo como quien arroja una flecha admirada, la de la verdad. Dijo: " donde hay un hueco, algo cabe ".
Quizás por culpa nuestra, por darle el instante que necesita para mover su liviana sombra, La voz, cuya presencia no habíamos mas que sospechado, dijo sin dejar de mirar por la ventanilla,
" donde hay un hueco, algo falta ".
Desapareció antes de que pudiéramos respirar y nos dejó en silencio.


Imágen de algún otro viaje, otro auto, y otro destino.

3 comentarios:

Maximiliano Galin dijo...

Maravillosa apreciación del ignoto captain Peter. Donde hay un hueco, siempre hay espacio para la apreciación y el llenado.
Me encantaron tus posteos, llenos de sabiduría reflexiva. Un fiel seguidor de Alejandro (Rozitchner). Contame más de vos, ¿qué hacés de tu vida?
Yo me dedico a llavear mi futuro de realidades concretas y a nutrirme de huecos inconclusos de otros seres que alimenten mi propia vida.
Tan filosófico como tus posteos, y tan inentendible y abstracto como tus verdades.
Un abrazo!
Maxi.

Mare dijo...

Maxi!, gracias por la visita compañero, y sobretodo por tu contribución! aporte eólico a la causa de la nutrición espiritual...

Unknown dijo...

Debo admitir que lo primero que se me vino a la mente fue algo parecido a una señal de advertencia ante la ansiedad como personas, como una alerta, un no querer rellenar todo hueco existente lo más pronto posible, como si existiera un peligroso acierto del pensamiento crítico constante. Para mañana, más optimista y feliz que hoy, prometo el comentario que me quedo con ganas de hacer!!!
Un beso Martín! Muy bueno lo suyo, deja pensando.