lunes, septiembre 10, 2007

Llovía como mil llantos

Tomaste dos colectivos. Llovía como mil llantos. En un momento del viaje creíste estar perdido (desde alguna perspectiva lo estuviste hasta que alguna señal te hizo sentir que estabas en camino) Los dos bondis venían casi vacíos, así que viajaste todo el tiempo sentado. Llegaste cubierto por un poncho de lluvia que compraste hace unos años en Cuzco días antes de emprender el camino del inca. Diste dos golpecitos a esta puerta de chapa. Yo la abrí, y vos te sacaste la capucha del poncho, ansioso por ser reconocido.Te dije: “Me figura una respuesta en stock”, con esa sonrisa feliz y dolida que te pongo cada vez que hace casi diez años.

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