miércoles, septiembre 27, 2006

menajes del hogar II

La segunda cosa es un tanto humillante. Sí, a que negarlo, la tecnología se ríe de mí. Se ríe de mi primitivismo, de mi tosquedad, de mi dependencia, de mi inocencia…de mi estupidez humana, si queremos resumir el asunto.
Resulta ser que de un día para el otro, sin golpe previo, mi celular empezó a tener problemas para cargar su batería. Lo conectaba y el señorito no hacía nada. Entonces vi que con un leve movimiento del cable o del punto de conexión entre el cable y el aparato, se solucionaba el asunto y empezaba a cargar. Esto duró unos diez días. Pasados estos diez días ya no alcanzó con esta leve artesanía, esta simple pirueta. Entonces le tuve que apoyar algo arriba sobre el extremo del cable, y así cargaba. Esto ya me fastidiaba bastante debo decir. Y finalmente, unos días mas tarde, ya ni esto alcanzaba. Y yo rebajándome cada día más y más, para lograr que cargara la maldita batería, me vi forzado a desplegar mi ración de creatividad, y buscando, probando, cosas más pesadas, más livianas, de distintos colores, a distintas temperaturas, he llegado a lograr que cargue con ayuda de dos objetos. Uno que le pesa por cada lado. En realidad de tres, porque la mesada aporta su borde.
He aquí las fotos que muestran la ridiculez que tengo que hacer hoy en día para que mi celular cargue su batería. Cuando lo miro, ahora mismo mientras escribo esto, me sonrío por la pavada a la que se puede llegar.
Lo positivo es poder poner creatividad donde algunos solo ponen fastidio o ira. Más de uno hubiera reventado el aparato endemoniado contra la pared.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Grandioso.
No quiero que te asustes pero estás viajando en el tiempo al revés.
Dentro de diez días vas a tener que darle cuerda al teléfono para poder cargarlo.
Patentalo YA!

Mare dijo...

jeje, esta regresión se puede poner cada vez mas graciosa. cuando estemos atravesando el medioevo se va a poner mas bravo, voy a ser un incomprendido!

Javivi dijo...

Joooooder!!!...
Va a llegar un día en que para poder cargar tu móvil tengas que mover de sitio la heladera, poner encima del cable del cargador la pata del sofá de tu salón, pasarle la aspiradora al teléfono para evitar interferencias de las motitas de polvo y dejarlo unas cuantas horas expuesto bajo la lámpara de tu habitación para que absorva el calor... y para entonces creo que tus padres van a decidirse a regalarte otro cargador antes que dejarte echar abajo la casa entera...
Bueno, un saludete y otro del Ducho que anda recorriendo las Españas con Tania, que está por aquí visitándole...