domingo, septiembre 03, 2006

Fobal zots


Verón se formó en Estudiantes y es hincha de Estudiantes.
Jugó en Boca.
Después se fue a Europa.
Y ahora cuando estaba por volver al fútbol argentino, según entiendo, hubo serias chances de que lo hiciera en River.
Finalmente volvió pero a Estudiantes.
Hoy domingo, juegan boca y estudiantes.
El otro día, tuve la oportunidad de escucharlo hablar a Verón y Decía que si metía un gol (para Estudiantes y contra Boca) no lo gritaba.
Entonces la situación de este tipo es la siguiente: no va a gritar un gol contra Boca “por respeto”, ¡pero él es hincha de Estudiantes! Y además, ¡tanta reverencia a Boca cuando estuvo cerca de ir a River y evidentemente mucho no le iba a doler!
Hay dos actitudes, modos de moverse, que en el fútbol siempre pienso que son equivocadas, o propias de espíritus muy chiquitos:

Una es esa vieja pelotudez de que cuando un jugador pasa a otro equipo, al darse la circunstancia de enfrentar a su ex equipo, si mete un gol, no lo grita, y pone cara de nada mientras vuelve al medio de la cancha como si hubiera hecho una travesura.
Este respeto que se dice tener me parece una pavada.
Me gustaría más que algún jugador dijera “todo bien con mi feliz paso por tal club, pero valoro tanto mi vida y equipo presentes que no podría ni tampoco quisiera evitar este desborde de alegría que me produce meter un gol. Además, ¡soy hincha mío sobre todas las cosas!”.Veo que se aplican valores que inmovilizan, no van para adelante, no aportan creatividad, ni mucho menos alegría.

Y la otra cosa que nunca me simpatizó, fueron los que pasan de River a Boca o de Boca a River. Me generan desconfianza.
Quizás algunos crean que es mas evolucionado no entrar en el pelotudismo que plantea esta regla, pero yo creo más que es no entender el juego, que por supuesto es una fantasía, pero hace que el fútbol sea mas lindo.
Pasar de River a boca, o viceversa, o haber jugado en los dos es como la actitud del aguafiestas. Nos estábamos divirtiendo con una pavada y el pelotudo prende la luz, dice la verdad, ¡se saca el antifaz en el medio de la fiesta de disfraces! O peor, es el infeliz que va a la fiesta de disfraces disfrazado de sí mismo porque no le gusta disfrazarse.

Es el bobo que convenciste de jugar al T.E.G., pero cuando el juego pasa las dos horas ya se aburrió, ¡y lo arruina! Porque se deja ganar, se quiere ir, le importa un carajo, ¡No entendió nada! Jugáte por algo nene, elegí, divertite!

Hay gente que no conecta con lo que nos gusta de las cosas. Estamos circunstancialmente en el mismo casillero del tablero pero por razones muy distintas.

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